Distinto tiempo, un lugar nuevo.......
El día que haya una política cultural realmente digna y realizada a fondo, es decir, una política en que todas las manifestaciones de la cultura, desde las mas antiguas hasta las mas recientes, sean actualizadas y puestas de verdad al servicio del progreso y del enriquecimiento de nuestro espíritu, se acabarán las incomprensiones y las imágenes de “casos”, de extravagantes y casi payasos que se fomentan en el pueblo a propósito de los artistas nuevos. Se comprenderá la importancia de su papel en la sociedad.
En la península, para estar, según dicen, a la europea, se promociona un auténtico simulacro de cultura. Nombres prestigiosos, fechas importantes, títulos de obras famosas..., pero todo visto por la entretela o convertido en incomprensible por falta de actualización. Basta con que nos fijemos en la clase de lecturas y de concursos que fomenta la televisión. Cosas puramente memorísticas, erudición fría sin ninguna relación con la vida. En cambio, jamás oímos nada sobre formas de gobierno, o derechos humanos, o derechos políticos y sindicales, o que se explique seriamente algo sobre el contenido auténtico del arte nuevo. En la televisión pueden salir concursantes incluso capaces de adivinar que Rimbaud escribió el soneto de las Vocales o Éluard su famoso canto a
Vivimos; en el plano cultural, las mismas dificultades que ponían aun durante el pasado siglo algunos caciques para frenar la enseñanza de la lectura y la escritura, con el temor a que la gente despertara demasiado. Quedamos horrorizados, cuando todavía oímos decir entre las clases decisorias, con la demagogia de siempre por añadidura, que debe servirse mejor al pueblo con lo que le da gusto y no con ideas excesivamente intelectuales.
Se habla, mucho de un supuesto gran éxito internacional del arte de
Con el tiempo se verá claramente la decadencia a que nos ha llevado este retraso en la formación de la sensibilidad de nuestra sociedad durante las últimas décadas; en todos los aspectos de la cultura. A menos que creamos que lo que nos está formando son las livideces cadavéricas de los Premios Nacionales de Pintura almacenados en Bellas Artes durante los últimos treinta años o la vulgaridad de los cantantes que tienen copada la televisión.
Con la práctica de no facilitar a fondo la difusión y la enseñanza de la auténtica cultura formativa, y de seguir con la hipócrita idea de que conviene dar lo que el vulgo pide, nunca se formará, naturalmente, la sensibilidad necesaria. Pero, además, cuando un responsable, por ejemplo, de los programas de televisión declara, como hemos leído, que es el pueblo el que pide tal cosa ¿en nombre de qué pueblo habla? ¿Quién le ha delegado para asegurarlo? Obstinarse todavía en hacemos creer que con esta mentalidad se hace una tarea cultural es tanto como aseguramos que se puede llegar a nadar sin siquiera ver el agua.
Y, desgraciadamente, esta mentalidad continúa abundando también en muchos otros ámbitos y no da facilidades a la práctica de la sensibilidad, poética o artística ni a la práctica de la sensibilidad democrática o de la libertad en general, que no se aprenderá nunca de no ser con su propio ejercicio.
Pero nada de esto es ilógico. Como nos ha recordado recientemente M.a Lluisa Borras en Destino, la sensibilidad de un pueblo es su fuerza, una fuerza que constituye en todo el mundo un serio peligro para los poderosos. Y no es nada extraño que en los medios que deberían estar al servicio de todos se introduzcan siempre los que se creen en la obligación de ponerlos únicamente al servicio, de unos cuantos.
Antoni Tapies (1969)
Y “na de na”, estamos en Argentina 2008.
Papa, cuentame otra vez......
Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.
Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.
Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,
y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
y como desde aquel día todo parece más feo.
Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.
Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.
Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,
sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.
Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Imagen. de un viejo libro
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Jubilate Ya!
Buenos Aires, 2 de octubre (Télam).- El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, destacó hoy la aprobación de la ley sobre movilidad jubilatoria como "otro paso adelante" para la mejora del sistema, y rechazó las críticas de la oposición hacia la fórmula de ajuste, al considerar que es "la correcta".
Tras expresar la "satisfacción" del gobierno por "haber instalado definitivamente la institución de la movilidad jubilatoria", el ministro sostuvo que "la mayoría de los sectores de jubilados están contentos y apoyan la nueva ley.
Me gustaría soñar con una vejez digna,
pa´ cada trapo viejo!!!
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llama al 108.... INCOHERENCIA!
Y este mail quien lo manda, ¿uno que no quiere ver?
SI VEN PERSONAS
DURMIENDO EN
INFORMEN
DONDE ESTÁN.
HAY QUE LLAMAR AL:
108
Y PASARAN A ASISTIRLOS
HAY GENTE QUE PUEDE MORIR DE FRIO
POR FALTA DE AVISO.
NO SEAS INDIFERENTE:
AVISA: 108
EL GOBIERNO DE
TIENE PARADORES PARA ALOJAR GENTE
EN SITUACIÓN DE CALLE
QUE POR
ESTARÁN ABIERTOS LAS 24 HORAS.
A) 2 PARADORES DE HOMBRES
B) 1 MUJERES
C) 1 PARA MADRES CON CHICOS.
TAMBIÉN EXISTE UN CENTRO
PUERTO PIBES
QUE ALOJA
EXCLUSIVAMENTE CHICOS
CON SERVICIO DE:
DESAYUNO- ALMUERZO - MERIENDA Y CENA.
HÁGALO CIRCULAR
PORQUE:
NO MUCHOS SABEN ESTO.
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Odio a los indiferentes
La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar. La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto, porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte, el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes.
Antonio Gramsci
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