llama al 108.... INCOHERENCIA!
Y este mail quien lo manda, ¿uno que no quiere ver?
SI VEN PERSONAS
DURMIENDO EN
INFORMEN
DONDE ESTÁN.
HAY QUE LLAMAR AL:
108
Y PASARAN A ASISTIRLOS
HAY GENTE QUE PUEDE MORIR DE FRIO
POR FALTA DE AVISO.
NO SEAS INDIFERENTE:
AVISA: 108
EL GOBIERNO DE
TIENE PARADORES PARA ALOJAR GENTE
EN SITUACIÓN DE CALLE
QUE POR
ESTARÁN ABIERTOS LAS 24 HORAS.
A) 2 PARADORES DE HOMBRES
B) 1 MUJERES
C) 1 PARA MADRES CON CHICOS.
TAMBIÉN EXISTE UN CENTRO
PUERTO PIBES
QUE ALOJA
EXCLUSIVAMENTE CHICOS
CON SERVICIO DE:
DESAYUNO- ALMUERZO - MERIENDA Y CENA.
HÁGALO CIRCULAR
PORQUE:
NO MUCHOS SABEN ESTO.
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Odio a los indiferentes
La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar. La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto, porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte, el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes.
Antonio Gramsci
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